Mis amistades con uno o dos, sí, tres
hombres por quienes alguna vez sentí
el más salvaje, más doloroso deseo,
aún retienen, en su transformación duradera,
alguna fragancia de aquellos tiempos,
como una caja donde alguna vez
se guardaron las hojas de una hierba exótica,
una hierba de propiedades variadas, útiles y peligrosas,
hace tiempo consumida.
Traducción de Jacqui Behrend.
Poema aparecido en Diario de poesía.
Cortesía de Jorge Naparstek.
12 comentarios:
Me lo llevo!
Grande Jorge!
Gracias por compartir tan preciada joya
un abrazo
Lleve, lleve, que está fresco y dan ganas.
Un abrazo, doña.
De nada, Georgia. Me alegro que te guste.
Otro abrazo.
ayyyyy! qué poemón! esta Denise...! me dió un cross al corazón.
Siempre llega el poema para el momento justo.
Gracias por compartir este, Elena.
Abrazo! salud! y poesía
me dejas conmocionado mujer
no solo por este post sino por los anteriores.
que gusto da pasear por tu jardín de poemas!
iluminas esta mañana nublada...
besos
Bien llevada la ironía en este poema de la denise. Ciertamente deja un rastro.
Muy bueno, madame.
salute.
Nati: la idea es compartir lo bueno. Yo siempre tengo la sensación de que si no lo comparto, es como si nunca lo hubiera vivido. ¿Te acordás de ese texto de Galeano, donde el nene le pide al padre que lo ayude a mirar el mar?
¿Será que lo hermoso tiene la cualidad de ser inaprehensible con los sentidos? Como si los sentidos no alcanzaran, como si hubiera que usar un órgano distinto...
Bah, qué sé yo, a lo mejor deliro
Besos.
Alias, qué gusto que se sienta iluminado, ud., por esta poesía.
Le envío un abrazo.
Néstor: la cuestión es que quedó muy ad hoc para el San Valentín, pero un San Valentín más moroso y menos romanticón.
Estoy a la espera de lo que encuentres de Watanabe...
Abrazzo.
Mele..!! te me saliste del Facebook?? no te encuentro. No nos prives de tu foto del perfil.
Besos
Es que me daba miedo, jaja... debe ser que tengo humanofobia y ahí había muchos.
Besos.
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