miércoles, 7 de enero de 2009

Leda o la imagen.

'Plinio el Viejo, un historiador que murió en el 79 d.C. cerca de Pompeya, víctima de la erupción del Vesubio, en su célebre Naturalis Historia, narró la leyenda de la joven mujer de Corinto que, presa del amor por un hombre que debía alejarse de la ciudad, trazó sobre la pared el contorno de su sombra, utilizando la luz de una vela y un trozo de arcilla seca. Quería conservar el recuerdo de su apariencia'


(Lunes)

Busco -le dijo- la tinta de mariposas negras.

Al fondo de la habitación, sobre un banco de piedra,
había, derramado, el ángel ambarino de la luz,
un pañuelo azul para la frente amplia de Leda,
y un vaso de agua, porque el verano era grave.
De lejos, se escuchaba cómo se alimentaban los cuervos
en los trigales,
un rumor a Apocalipsis,
como si la eternidad se hubiera roto en alguna parte
y sangrara.

(Martes)

Busco -le dijo a la segunda noche-
el fino pincel de pelo de caballo.

Era muy dulce la visión de los relámpagos
alumbrando a Dzhaidar.
Se podían contar los latidos en el pecho,
y el murciélago blanco de un pensamiento viejo,
(quizá el recuerdo de una mujer bajando al río)
a través de la piel traslúcida.
Leda lo lavaba, con una esponja y agua tibia,
y respiraba, en las axilas del hombre mojado,
un aroma a jazmín y madera de sándalo
que recordaría muchos años después.

(Miércoles)

Al amanecer, sobre las quintas,
el movimiento de los heliotropos
y una lluvia de peces vivos
auguraban el escándalo de la destrucción.

Sentada frente a la pared,
arremangado el vestido, mojado el pecho de lágrimas,
Leda paseaba los dedos sucios de arcilla y carbón
por el contorno de la sombra.
La luz temblaba, y Dzhaidar.
Nacía la imagen desde el fondo de la vida,
como de la muerte, doliente y efímera,
como siempre, de mujer y de hombre,
para habitar este mundo
de carnadura de diablos y transparencias.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Dioses del Averno! ¡Cómo escribe esta mujer! Gracias por hacerme más llevaderos mis días sobre este mundo. Un abrazo desde la distancia.

Elena dijo...

Epa, Jorge, no será pa tanto!
No, de verdad te agradezco el constante apoyo, y que me invites a participar de tus proyectos. Es un gran motorcito de ganas.
Un abrazo.