acá creciste, me dijeron, y pienso
en cómo algo que no fuera solidario con la muerte y su eficacia
pudo crecer aquí
sin embargo, en este centro hubo una mesa
donde derramamos los jugos del hambre
al costado, la pieza de la costura y el juego
al fondo, el baño
con una alberca donde, en invierno,
la piel enrojecía por el frío
hubo, una vez, un gran viento,
me explican
vendrá por mí, también,
vendrá y yo guardaré mi corazón en un puño:
hasta allí llegará su voracidad
y más allá, aún
4 comentarios:
muy bella manera de nombrarla. gracias.
grande elena,grande,grande...
Gracias, Alejandro A., un abrazo, pibito.
Gracias por pasar y leer, Ale, te quiero y admiro. Ya lo sabés.
Un abrazo.
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