martes, 23 de febrero de 2010

230210

acá creciste, me dijeron, y pienso
en cómo algo que no fuera solidario con la muerte y su eficacia
pudo crecer aquí

sin embargo, en este centro hubo una mesa
donde derramamos los jugos del hambre

al costado, la pieza de la costura y el juego

al fondo, el baño
con una alberca donde, en invierno,
la piel enrojecía por el frío

hubo, una vez, un gran viento,
me explican

vendrá por mí, también,
vendrá y yo guardaré mi corazón en un puño:

hasta allí llegará su voracidad
y más allá, aún

4 comentarios:

Alejandro Arriaga dijo...

muy bella manera de nombrarla. gracias.

Alejandro Schmidt dijo...

grande elena,grande,grande...

Elena dijo...

Gracias, Alejandro A., un abrazo, pibito.

Elena dijo...

Gracias por pasar y leer, Ale, te quiero y admiro. Ya lo sabés.
Un abrazo.