hace un tiempo aquí hubo caballos,
los mensuales cruzaban, por la ruta,
cargando la carne dorada
de las perdices,
las adolescentes escribíamos, con trozos de velas,
mensajes pornográficos en los vidrios de la gruta
de santa rosa de lima
ahora manejo por la 36 y sólo se escucha
el frufrú de la soja
los aviones cargados de roundoup
que se desplazan con un sonido antiguo de dirigible
emanando una neblina tornasol que arrastra
el mismo viento que silba en las taperas
no sé si esto sea el estrago,
la podredumbre
sé que cuando miro, algo sospechoso y sombrío
ingresa a la zona de mis huesos
como la verde mosca
que corrompe la pulpa de los potros
lunes, 20 de abril de 2009
domingo, 12 de abril de 2009
lunes, 6 de abril de 2009
Lanzamiento de Caballo Negro Editora
domingo, 5 de abril de 2009
Veces-Alejandro Schmidt
A veces me dejabas un chocolate en la almohada
a veces íbamos al cine
a veces cuando tenía 6, 12, 18 me tratabas como si tuviera 6, 12, 18
a veces me decías que era bueno
a veces sentía que había emergido de tu cuerpo
alimentado por sus partes blandas
vigoroso
a veces me pregunto qué pensará mi padre
allí en su muerte
-la muerte es lugar del pensamiento-
a veces siento que amé a mi padre
mucho más que a vos
porque
pródigo es el fantasma en sentimientos.
¿Te ocurrió ser madre?
¿Sabías?
¿Preguntaste?
A veces creía que eras yo
y me volvía triste
tristísimo
a veces te cambié por la invención del héroe
la luz de los amparos
abre la ausencia un amplio pecho
a veces te hablo desde allí
desde esa maternidad
silencio
primera voz
y siempre tu malicia
tu sequedad
de eso te excusabas como de una inconveniencia
a veces
a veces era un niño, un joven, un hombre
un poco rengo, o manco
casi ciego
olvidado
mentido
exiliado de la terneza
el candor
el resultado
de vos
y podía flotar en toda la luz del mundo
más fuerte que tu no
tu acaso
tu desgarro
a veces
pocas veces.
a veces íbamos al cine
a veces cuando tenía 6, 12, 18 me tratabas como si tuviera 6, 12, 18
a veces me decías que era bueno
a veces sentía que había emergido de tu cuerpo
alimentado por sus partes blandas
vigoroso
a veces me pregunto qué pensará mi padre
allí en su muerte
-la muerte es lugar del pensamiento-
a veces siento que amé a mi padre
mucho más que a vos
porque
pródigo es el fantasma en sentimientos.
¿Te ocurrió ser madre?
¿Sabías?
¿Preguntaste?
A veces creía que eras yo
y me volvía triste
tristísimo
a veces te cambié por la invención del héroe
la luz de los amparos
abre la ausencia un amplio pecho
a veces te hablo desde allí
desde esa maternidad
silencio
primera voz
y siempre tu malicia
tu sequedad
de eso te excusabas como de una inconveniencia
a veces
a veces era un niño, un joven, un hombre
un poco rengo, o manco
casi ciego
olvidado
mentido
exiliado de la terneza
el candor
el resultado
de vos
y podía flotar en toda la luz del mundo
más fuerte que tu no
tu acaso
tu desgarro
a veces
pocas veces.
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